El caso de los Tampa Bay Rays puede ser una asignatura en escuelas de negocios. Un club que juega en una ciudad de retiro, con presupuesto modesto, desarrolló un innovador método de reclutamiento que con frecuencia le aporta resultados que ridiculizan en el standing a nóminas hasta cinco veces mayores como Yanquis y Medias Rojas.
Una visión rupturista diseñada por Andrew Friedman, un exanalista en Wall Street, en 2007, que el resto de la liga ha tratado de copiar contratando a ejecutivos de la organización, y a la que se le atribuye, en parte, las coronas logradas por los Astros (2017 y 2022) y Bravos (2021).
Erik Neander, un graduado en ciencias agrícolas en Virginia Tech, cobraba US$7 por hora anotando partidos para incipiente Baseball Info Solutions cuando llegó la oportunidad de unirse al equipo de operaciones de los Rays ese 2007. En 2014, cuando Friedman partió a los Dodgers, se convirtió en el principal ejecutivo y desde entonces ha maniobrado para clasificarlo en cinco de esas nueve temporadas.
Neander, de apenas 40 años, cree que resta un capítulo a la novela para completar el guion de Hollywood.
«Sin dudas, a esta maravillosa historia le falta una Serie Mundial. Hemos ganados muchos partidos, hemos estado cerca (2008 y 2020), es nuestra meta y cuando lleguemos iremos por otras», dice Neander a Diario Libre.










