Hay dominicanos en Israel, no muchos, pero los hay, y también los hay en las Fuerzas de Defensa de Israel.
Conversé con dos de ellos, gracias a que se me abrieron las puertas de la residencia diplomática de la República Dominicana en Tel Aviv. Allí conversé con Randy y Peter, nombres ficticios que usaré, pues el ejército israelí no permite que usemos los reales, porque los podrían matar. Ambas historias tienen sus matices, aunque una es más impresionante.
Sobrevivió a Nova
Randy nació en República Dominicana de padres extranjeros y visita el país por lo menos una vez al año, pues su familia paterna vive allá. Dice que adora su país natal, aunque vive en Israel con su madre, y que come mangú como cualquier dominicano, aunque se mudó a Israel en el 2010. Es reservista del ejército, donde es francotirador y tiene un cuento espeluznante del 7 de octubre, cuando disfrutaba con amigos del festival de música Nova y efectivos de Hamás llegaron a provocar una enorme masacre. Pero dejemos que él lo cuente…
“Yo estaba en ese festival, que era un festival de paz y de amor, con varios amigos. Escapamos de ahí con coches, mientras nos estaban disparando los terroristas. Tengo varios amigos que no sobrevivieron, o sea, la experiencia era fea, era muy dura, muy intensa, pero gracias a Dios la mayoría de nosotros logramos llegar. De ese grupo de 20 personas perdimos cinco amigos y amigas muy buenas… Dos amigas, un amigo y yo entramos a nuestro coche cuando ya nos dijo la policía váyanse de aquí, hay misiles y acabó la fiesta. Empezamos a manejar y nos metimos a un refugio antimisiles. Justo en el segundo que entramos nos empiezan a disparar los terroristas. Me dije: ´quedarnos acá en este cuartito chiquito es esperar la muerte´. Agarré a los amigos, los agité y salimos corriendo, mientras las balas nos pasaban por la cabeza.
Escuchas el sonido, me recuerdo de eso, y sientes el aire cortándose al lado de tu oído… Manejamos por el desierto abierto directo a un kibutz que se llama Tselin. No fue fácil llegar y se escuchaban balas por todos lados. Estuvimos manejando dos horas, yo con la cabeza afuera tratando de definir de dónde venían los tiros, para seguir en dirección contraria y no ir hacia los terroristas. Al final, estábamos a salvo y tras unas horas pudimos ir a casa… En los primeros minutos en ese cuartito, esos primeros diez minutos, estaba casi 100% seguro que aquí se acaba, pero ahí fue donde mi cabeza se puso en modo de sargento militar. Yo en mi servicio militar aquí en Israel era sargento de francotiradores, entonces creo que cuando entendí que podía morir, mi instinto era salvarnos a todos y asegurarme regresar a casa”.
El soldado activo
Peter es un soldado que está activo en el ejército israelí, de hecho, es parte de sus Fuerzas Especiales. Es dominicano nacido y vive en el país, donde tiene un negocio de corte holístico. Decidió salir a Israel voluntariamente tan pronto se enteró del ataque del 7 de octubre. Se activó para servir y fue enviado a operaciones especiales en la frontera con el Líbano, donde Israel enfrenta al grupo proiraní Hezbollah.
“Tengo amigos que murieron de manera violenta el 7 de octubre y otros fueron llamados al ejército. A mí el ejército no me llamó, porque estaba fuera del sistema, entonces me voluntaricé, compré un (boleto de) avión y llegué aquí el 11 de octubre. Nos mandaron a mi equipo y a mí al norte a unas misiones… Es una experiencia difícil de explicar, no creo que el mundo entiende que aquí nadie quiere pelear, aquí nadie quiere ir a la guerra. Yo después de que estuve en fuerzas especiales tres años puse el arma a un lado y dije que para mí fue suficiente, pero de repente suceden cosas en la vida que ponen en peligro la existencia de las personas que tú quieres y, no se trata de venganza, se trata de que no vuelva a sucederle esto a las personas que yo quiero, porque incluso las personas del lado palestino tampoco se merecen que suceda lo que está sucediendo, todo por intereses políticos de los dos lados”.
El empresario
Hank Gómez es empresario dominicano casado con una israelí que lleva nueve años y medio aquí. Le ha tocado vivir la guerra.
“Este es un país seguro, pero, como en todas partes, hay sorpresas, como lo que sucedió el 7 de octubre. Eso no había pasado en la historia de Israel. Fue como una apuñalada en la espalda de un enemigo conocido, pero que fue en un momento de tranquilidad, de paz. El 7 de octubre fue una situación desastrosa, macabra, que no se justifica por nada. Desde asesinato a niños de menos de un año, de todas las edades, ancianos de 85, 90 años. Por no decirte todo lo que pasaron las demás personas, familia entera acribillada. Creo que no hay justificación humana que te lleve a una situación como esa”.
La diplomática
Michelle Cohen es la embajadora dominicana en Israel al momento de la visita. Vive en carne propia el día a día de lo que es la guerra. Cuenta que una noche disfrutaba en un espacio público, cuando los cohetes del “Iron Dome” comenzaron a interceptar misiles lanzados desde Gaza, en una zona cercana a Tel Aviv, donde radica la sede diplomática dominicana. Sonaron las alarmas y lo que parecía una noche hermosa de invierno, se convirtió en una experiencia de cómo una guerra requiere estar alerta.
“Aquí se hace una vida normal. Es un país organizado, que tiene sus sistemas de seguridad muy funcionales, con refugios y preparado para las contingencias. Es increíble, pero dentro de la tensión que podría generar la situación, lo cierto es que uno se siente muy seguro y lleva una vida diaria muy normal”, expresó la diplomática, quien llegó a Israel procedente de Canadá, y amablemente recibió a Diario Libre en la sede diplomática, donde pudimos conversar con dominicanos que viven en Israel.
Cohen, quien es judía, habla hebreo y ha vivido cuatro periodos de conflicto en Israel, asegura que la prioridad israelí es la seguridad de su gente y, aunque domina los temas de relaciones en el Medio Oriente, prefirió no referirse a consideraciones políticas de la guerra y nos remitió a la posición del Ministerio de Relaciones Exteriores, que es a favor de que haya dos estados, uno de ellos palestino.