El centro ya había evaluado con anterioridad que las fuerzas rusas habían recuperado la iniciativa en la línea Svatove-Kreminna, pero que la ofensiva aún no había alcanzado su ritmo pleno.
Es probable que el fin de la ofensiva y los continuos fracasos tácticos que han comunicado las fuerzas rusas en torno a Vuhledar, en la región de Donetsk, hayan debilitado aún más la creencia de la comunidad ultranacionalista rusa de que las fuerzas rusas son capaces de lanzar una operación ofensiva decisiva.
El mando militar ruso está desplegando sus unidades más selectas en la zona de Bajmut -en medio de las fuertes pérdidas de tropas rusas registradas en la zona- en formaciones más pequeñas que utilizan tácticas de infiltración urbana, según las escasas imágenes de los ejercicios rusos en la zona que ha observado ISW.
Las operaciones ofensivas rusas en otras partes de la región de Donetsk y a lo largo de la línea Svatove-Kreminna han dado lugar pequeños avances sin importancia operativa hasta el momento.
A pesar del actual enfoque operativo en el centro del Donbás, Rusia sigue preocupada por proteger las extremidades de su extensa línea del frente, asegura el ministerio de Defensa del Reino Unido.
Así lo demuestra la continua construcción de fortificaciones defensivas en las regiones de Zaporiyia y Lugansk y el despliegue de personal.
Un gran avance ucraniano en Zaporiyia pondría seriamente en entredicho la viabilidad del «puente terrestre» ruso que une la región rusa de Rostov y Crimea; el éxito ucraniano en Lugansk socavaría aún más el objetivo bélico declarado de Rusia de, como dice Moscú, «liberar» el Donbas.
Decidir a cuál de estas amenazas dar prioridad es probablemente uno de los principales dilemas de los estrategas rusos.